Después de varios años de experiencia y aventuras he podido forjar mi propia metodología de entrenamiento basada en dos grandes pioneros de la planificación deportiva: Matveiev y Vladimir Issurin. Sin embargo, sigo formándome y reciclándome para poder ofrecer mi mejor versión. Con el paso de los años me he dado cuenta que la alimentación juega un papel determinante en el rendimiento deportivo y en la salud, por supuesto. La composición corporal de un deportista tiene que ser la adecuada para poder llegar al máximo rendimiento.
El rendimiento deportivo esta basado en la ciencia deportiva, por lo tanto no se trata ni de suerte ni de azar, se trata de saber planificar y dar los estímulos necesarios para producir una mejora.
Es primordial no generalizar. Cada atleta tiene su historia, sus cualidades y debilidades, sus características y sus gustos. Por eso, el entrenamiento debe ser totalmente individualizado y acorde a las capacidades y características del/la deportista. La alimentación a la par, es intransferible.
El entrenamiento de fuerza es indispensable tanto en atletas de asfalto como de Trail running y en la vida en general, pero es necesario que se ejecute de manera consciente y eficaz para que tenga una buena transferencia al deporte en concreto.
El rendimiento deportivo para mi tiene unos valores innegociables, que son:
EL COMPROMISO: estar comprometido con la causa, con el entrenador, con todo el mundo.
LA DISCIPLINA: uno debe saber (no hace falta conocer) que camino le va a llevar al éxito.
LA CONSTANCIA: nuestro organismo debe estar sometido a cargas constantes para poder mejorar.
Con estos valores básicos se puede conseguir cualquier objetivo (SMART), incluyendo la felicidad y la gratificación del éxito conseguido. Dos emociones básicas que deben perdurar durante todo proceso de entrenamiento.